La exposición "Os soños esquecidos" incluye más de 40 fotografías en formatos A4 y A3 y muestran el estado de abandono de diferentes espacios repartidos entre Galicia, Asturias o Portugal.
Es posible que te resulte curioso que alguien se sienta atraído por este tipo de espacios, a veces ruinosos y otras, tan solo, olvidados en el tiempo. Pero, que sentirías al ser una de esas personas que un día entran en una mansión abandonada llena de recuerdos: fotografías de familia de épocas pasadas, piezas de ropa antiguas, muebles clásicos y un largo etcétera.
La sensación de silencio, y notar como tus huellas van quedando grabadas en el suelo con polvo acumulado de años es algo que poca gente se atreve a vivir.
A la gente que nos gusta fotografiar este tipo de lugares nos encanta ese estado, con sus manchas de humedad, sus grietas, pero no es sólo esto lo que puede llamar nuestra atención. Nos centramos principalmente en componer imágenes con las piezas que encontramos en nuestra aventura. Intentamos conseguir fotografías que hagan pensar al espectador el motivo que ha llevado a ese lugar a perder la grandeza de otros tiempos o a imaginarse que tipo de gente, vida o situaciones había en ese espacio. Buscamos imágenes que hagan reflexionar, e incluso a veces, soñar al ver una imagen que parece sacada de un cuento.
Una parte importante de este estilo es la arquitectura y diseño de estos lugares, con estructuras llenas de detalles con maderas talladas, mosaicos en suelos o paredes, vidrieras, escaleras o puertas, siempre llenas de grabados y que con el paso del tiempo están desapareciendo. Esta modalidad es como un catálogo enorme en el que todos los que participamos aportamos nuestro granito de arena incluso a veces con piezas de más cien años.
Es posible que estés pensando que tanto mis compañeros como yo mismo tengamos nuestras casas llenas de pequeños tesoros de nuestras exploraciones, pero he de decirte que estás equivocado.
En la fotografía URBEX existen reglas muy claras sobre esto. No eres el dueño de esas cosas, así que no debes llevártelas. Sólo recoge imágenes. No fuerces puertas ni ventanas para conseguir tus fotografías y nunca reveles públicamente el lugar donde has sacado esas fotos, ya que otros no tienen por qué querer cumplir estas normas.